Reportaje sobre la saga familiar de los Sanz publicado en la Revista Oficial del Real Madrid en Marzo de 1994
REPORTAJE
LA SAGA DE LOS SANZ
Lorenzo, Paco y Fernando llevan toda la vida en el club. Tanto es así que llegaron incluso antes que su padre, uno de los vicepresidentes del Real Madrid, Lorenzo Sanz. Cumplen el sueño de toda la familia "merengue". Supermadridistas declarados, ahora se esfuerzan a diario por dar el salto más deseado, también el más difícil: el que les catapulte al primer equipo del Real Madrid.
Corría el año 1984 cuando tres animosos críos se acercaron a las oficinas del Club. Sus diminutas cabezas apenas alcanzaban a ver más allá del mostrador donde solicitaron. cargados de sueños, las fichas para realizar una prueba en el Real Madrid. Hasta ahí, nada les diferenciaba de los miles de chavales (supermadridistas y fanáticos del balón, como ellos) que acudían cada año a la Entidad portando esa misma ilusión. Sólo una diferencia: que eran hermanos. Francisco y Fernando encantaron al señor Lacuesta, coordinador del Torneo Social. quien les integró en los equipos "Ssnchís" y "Julia". Lorenzo no tuvo tanta suerte, aunque lo intentó varias veces, quizá porque estaba llamado para despuntar en otro deporte: el baloncesto. Un año después sería su padre, Lorenzo Sanz, quien llegaba al Club en la junta directiva de Ramón Mendoza. Lorenzo, Paco y Fernando llevan toda la vida en el Club.
Lorenzo, Paco y Fernando llevan toda la vida en el club. Tanto es así que llegaron incluso antes que su padre, uno de los vicepresidentes del Real Madrid, Lorenzo Sanz. Cumplen el sueño de toda la familia "merengue". Supermadridistas declarados, ahora se esfuerzan a diario por dar el salto más deseado, también el más difícil: el que les catapulte al primer equipo del Real Madrid.
APASIONADOS DEL DEPORTE
Han pasado diez años y la saga de los Sanz sigue al completo en el Madrid. El matrimonio Sanz, Lorenzo y Mari Luz, irradian felicidad al ver a sus hijos en el club más grande del mundo. Paco, en Segunda División: Fernando, en Segunda B. y Lorenzo, el "grandullón", jugando en Las Rozas. el equipo asimilado del Real Madrid de baloncesto. En casa tienen dos hijas más, Mari Luz y Diana, también socias del Club y viajeras infatigables con el equipo allí donde juegue su Real Madrid. Dicen que Diana es la más madridista, la que llora y no come cuando pierde el equipo y la más bulliciosa cuando éste gana. Todos son socios desde hace muchísimos años. ¡Imaginense, por tanto, cómo se viven los partidos del Real Madrid en casa delos Sanz! Se respira un aire supermadridista, y todas las conversaciones giran en torno al mundo del deporte (los chicos, además, practican el tenis, la natación, el pádel, el squash...), aunque son el fútbol y el baloncesto, lógicamente, los temas que "priman" en los "debates familiares".
Pero no ha sido fácil que aquel sueño infantil siga siendo hoy una gran realidad. Los chavales han tenido que trabajar mucho para mantenerse en la difícil "ruleta" de los filiales, donde la competencia es durísima. Una cosa está clara: están ahí por méritos propios. Es ahora cuando ven la luz del largo túnel que han atravesado, cuando pueden empezar a recoger los frutos de tanto trabajo. Aunque ahora también llega el momento más difícil: dar el salto al primer equipo.
"POR EL MADRID HAY QUE MORIR"
El vicepresidente del Real Madrid Lorenzo Sanz Mancebo también llegó a realizar sus "pinitos" en el mundo del fútbol, incluso rechazó una oferta del Conquense, entonces en Tercera División. "Eran tiempos difíciles, había que trabajar muy duro", comenta con nostalgia, al tiempo que ahora, con satisfacción, disfruta del espíritu deportivo de sus hijos. "Como personas, y creo que es lo más importante, los tres son sensacionales, han tenido que sacrificarse muchísimo compaginando el deporte con los estudios." Los tres coinciden en que en el Madrid han pasado los mejores años de su vida, y no dudan que el Club sigue siendo sus segundo hogar. "En tanto tiempo conocemos a todo el mundo: desde jugadores a utilleros, jardineros..., los empleados son lo mejor que tiene el Club: todos quieren al Madrid profundamente, cuando sufren nunca descargan tintas contra él." Paco señala que su padre les ha dado mucha libertad a la hora de elegir su futuro, y que siempre ha permanecido al margen en el plano deportivo: "Cuando jugamos bien nos dice que hay que luchar más, al máximo, que por el Madrid hay que morir. Si estás cansado -nos recuerda siempre- debes mirar la camiseta y pensar que por ese escudo hay que dejarse la piel en el campo". Tiene razón. Por eso procuramos no olvidar nunca sus palabras".
PRESION AMBIENTAL
Aunque desde el Club siempre se les ha transmitido tranquilidad y confianza, ellos no son ajenos al entorno y saben que ser hijos de un vicepresidente del Real Madrid, lejos de beneficiarles, les perjudica. "Jugamos muy presionados -reflexiona Fernando- porque la gente nos mira con lupa, no nos perdonan un solo fallo. Cada partido es una final para nosotros y hay días, la verdad, que llegamos estresados a casa". En este sentido, su padre es concluyente: "Yo les he seguido siempre, desde que eran pequeños, pero jamás he influido, ni influiré, en las decisiones de los entrenadores. Ha habido temporadas en que alguno ha estado de suplente, y nunca interferí en esas decisiones. Ahí están los entrenadores, ellos mejor que nadie lo saben. Lo que ganen mis hijos será fruto de su esfuerzo".
LORENZO SANZ DURÁN:
"El ambiente de casa es maravilloso"
De él dice Fernando: "Siempre tuve claro que si alguno de los tres iba a triunfar en el futuro ése era Lorenzo. Es un monstruo". Lorenzo, el mayor de los Sanz, recaló en el baloncesto muy tarde, a los 16 años, después de sus infructuosos intentos por seguir la estela de sus hermanos. Su trayectoria puede calificarse como meteórica, ya que en muy poco tiempo pasó del equipo del colegio al Juvenil del Madrid, que entrenaba Eduardo Ruiz y donde despuntaban Santos, Aísa, Tomás González, etc. Lorenzo recibió entonces varias ofertas de universidades norteamericanas donde había disputado campus veraniegos. Quien más insistencia mostró fue la Universidad de Lafayette, en el estado de Pensylvania, donde por fin decidió probar fortuna. La experiencia no pudo ser más positiva. Jugó dos temporadas en la primera división de la durísima NCA, promediando 10 puntos por partido en su primera campaña, y erigiéndose en uno de los máximos reboteadores del equipo en la segunda.
Se midió a prestigiosas universidades, como Siracusa y Piperdine, y se enfrentó a jugadores que hoy des- puntan en la mítica NBA, como el laker Dock Christie, o Rodney Rollers, de los Denver Nuggets. Decidió volver cuando la "morriña" se apoderó de él: "Echaba de menos Madrid, mi familia, meterme con mis hermanas, sacar de quicio a mi madre -bromea- y, además, aquí podía proseguir mis estudios de Económicas".
FRANCISCO SANZ DURÁN:
"Míchel es mi ídolo de siempre"
LOS SANZ VISTOS POR SUS ENTRENADORES: "¡SON CANELA FINA!":
Los tres acarician el sueño de llegar al primer equipo, un ideal por el que siempre han trabajado. Lorenzo Sanz no sabe si materializarán ese sueño, "ya que jugar en el Real Madrid es muy difícil, pero estoy convencido de que pueden llegar a algún equipo de primera división. ¿Al Barcelona?: ¡creo que nunca! Son demasiado madridistas, incluso más que yo; sólo tienen ojos para el Real Madrid". El tiempo, en definitiva, marcará el destino de cada uno. De momento, Lorenzo Sanz Mancebo se siente más que satisfecho: "Como madridista que soy, y como padre, verles con la camiseta del Madrid es todo un orgullo. Desde luego, si llegan al primer equipo me harían el hombre más feliz del mundo".
FERNANDO SANZ DURÁN:
"El Madrid es mi segundo hogar"
Es el benjamín de los hermanos (20 años), y también el más bromista ("mi único problema es que como soy F. Sanz, como Francisco, en el Club siempre le pasan a él mis primas, ¡y menudo cachondeo se trae con eso!"). Empezó en el Torneo Social, como su hermano, y desde ahí ha ido escalando de equipo en equipo. "La Ciudad Deportiva es mi segundo hogar, no puedo pasar un día sin venir aquí. Lo que más me gusta es ir de concentración, me lo paso genial". Desde que Rafa López le sacó del lateral para ubicarle como central, Fernando se erigió en una pieza clave en todos los equipos por los que ha pasado. Ahora destaca en el Segunda División B, y muchos le auguran un gran futuro como profesional. Grande, su entrenador, recalca "su colocación, sus dotes de marcador y su valentía. Su comportamiento es excelente, está muy acoplado al equipo y a sus compañeros". Y al igual que Benítez con Paco, es concluyente: "no tiene privilegios ni le regalamos nada. Se lo gana a pulso, como los demás".
Prueba de ello han sido sus cuatro convocatorias internacionales con la Selección Nacional Sub-17, que dirigía Pereda. "Una experiencia sensacional en todos los sentidos, incluido el plano personal. Siempre digo que todos los futbolistas son gente estupenda."
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