Como viene siendo habitual, el partido del Real Madrid resultó realmente soporífero para los espectadores, pero la buena efectividad de cara...
De nuevo el argentino resulta vital para la victoria blanca, ya que el capitán hasta entonces sólo había acumulado intentos fallidos en jugadas que volvían a dejar en evidencia al "siete" madridista. Curiosa la celebración de Raúl, que dejando de lado sus continuas reivindicaciones señalando su número, abrazó a su asistente y se dirigió al banquillo para dedicar la única sonrisa de su gol a Fernando Gago.
En la segunda parte el aburrimiento aún se hizo más patente en el campo. Raúl González, una vez marcado su golito a costa del esfuerzo de sus compañeros, retrasa su posición al mediocentro, con lo cual dicha línea dejó de existir y a Huntelaar e Higuaín apenas le llegaron balones en condiciones. Es ahí cuando Juande Ramos nos vuelve a "deleitar" con un doble cambio ultraconservador, ni siquiera en el Bernabéu el míster local se atreve a potenciar el ataque y así dar espectáculo a su afición... Huntelaar, el jugador más efectivo del Madrid, vuelve a ser la víctima elegida para mantener a Raúl en el campo; Cannavaro sería el otro objetivo de Juande para paliar el desajuste provocado por el capitán dejando su puesto a Gago y descolocando a todo el equipo. Pero, como era de esperar, los cambios no dieron el efecto deseado y hasta el presidente del Madrid se echó sus cabecitas ante tal cúmulo de despropósitos... Todo parecía a que el último cambio sería la entrada de Míchel Salgado (otro juegador que Juande utiliza como revulsivo en los últimos minutos, esos en los que los defensas contrarios empiezan a notar el cansancio del encuentro en sus piernas y que un delantero rápido y escurridizo como Saviola podría aprovechar si su entrenador no le tuviera una manía tan manifiesta...) hasta que Sneijder pide ser sustituído por unas molestias. Van Der Vaart ocuparía su lugar y daría un poco de agilidad al juego madridista, pero sin entusiarmar a la parroquia blanca. El que sí logró levantar al Bernabéu, de los pocos que lo consigue este año, fue Robben, que aprovechando una genialidad de Guti se adentra en el área por velocidad y engaña al portero rival con un sútil y ajustado disparo que daría la tranquilidad al encuentro.
En definitiva, un triste partido en el que ni siquiera los goles fueron celebrados con gran entusiasmo. El Madrid hace mucho que ha dejado de ser un equipo y sólo le está salvando la calidad individual de sus jugadores, que con un par de destellos logran cada semana 3 puntos vitales para el club. Si ésto lo consiguen con una total desunión, qué serían capaces de conseguir si realmente hubiera un EQUIPO... Sólo el próximo presidente tiene la solución a dicho dilema, esperemos que tenga la valentía de corregir los errores y prescindir de los jugadores que perjudican al EQUIPO, sea cual sea su nombre o su pasado...
Real Madrid: Casillas; Miguel Torres, Pepe, Cannavaro (Gago, m.61), Heinze; Lass, Sneijder (Van der Vaart, m.74), Robben, Higuaín; Raúl y Huntelaar (Guti, m.61).
Valladolid: Asenjo; Pedro López, Luis Prieto, Iñaki Bea, Marcos; Borja (Aguirre, m.82), Álvaro Rubio, Pedro León (Víctor, m.76), Escudero, Cannobio (Ogbeche, m.87) y Goitom.
Goles: 1-0, m.44: Raúl. 2-0, m.82: Robben
Árbitro: Rafael Ramírez Domínguez, del Comité Andaluz. Mostró tarjeta amarilla a Luis Prieto (m.17), a Cannavaro (m.59), Gago (m.65) y Guti (m.87).
Incidencias: Encuentro disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 70.000 espectadores. Fabio Cannavaro lució un brazalete negro en memoria de las víctimas del terremoto que sacudió una zona de Italia esta semana. David Beckham presenció el partido en directo.
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