Ambiente espectacular en el Camp Nou, récord en taquilla, con un gran mosaico que sólo se puede ver en las grandes ocasiones, y una de ellas...
Ambiente espectacular en el Camp Nou, récord en taquilla, con un gran mosaico que sólo se puede ver en las grandes ocasiones, y una de ellas, cómo no, es el gran derby del fútbol español entre el Barcelona y el Real Madrid.
Tras muchos años, el Real Madrid vuelve a ganar en el estadio del Camp Nou desplegando un juego ordenado y efectivo, ante un Barcelona que suplía su falta de ideas con un juego un tanto agresivo que Mejuto González no supo cortar a base de tarjetas amarillas.
La tensión que se vivía en el ambiente, típica de estos derbies, hizo que ninguno de los dos equipos pudiera exhibir su buen juego. Demasiadas interrupciones para poder enlazar varios pases seguidos, con los cual las ocasiones de gol eran desbaratadas por los defensas o llegaban de tiros lejanos.
Precisamente fue una excelente combinación entre Van Nistelrooy y Baptista la que dio el primer y único tanto del partido para el Madrid en el minuto 35. El brasileño recibe el balón cerca del medio campo y realiza una pared perfecta al primer toque con Van Nistelrroy, y ya en el área, "La Bestia" chuta con fuerza hacia la escuadra, un tiro imparable para Víctor Valdés.
Aún nos estamos preguntando cómo Schuster pudo mantener en el banquillo durante tantos partidos a este jugador. En la segunda parte el equipo local llegó más veces a la portería blanca, en parte gracias a la entrada de Bojan y Giovanni, pero el perfecto entendimiento entre los defensas madridistas, más la gran actuación, de nuevo, de nuestro portero Iker Casillas, impidieron que los azulgrana empataran el partido.
La defensa visitante ni siquiera se desconcentró cuando Sergio Ramos tuvo que jugar a medio gas, hasta que no pudo más, tras haber recibido dos durísimas entradas. Una, en la primera parte, propinada por Ronaldinho, y otra, en la segunda, que no recibió sanción alguna y que pasó totalmente desapercibida para el árbitro y para los comentaristas y realizadores de la televisión, pero no para un Sergio Ramos que, falta de 3 minutos para el final, salía del campo visiblemente dolorido, y Torres ocupaba su lugar.
Por parte del equipo local, otro defensa tuvo que abandonar el terreno de juego por lesión, concretamente el capitán Carles Puyol quien recibió una fuerte entrada del otro capitán: Raúl. El "Siete" blanco estuvo totalmente desaparecido en el partido, ni chutó a puerta, ni robó balones, ni presionó, tan solo se limito a galopar por el campo sin rumbo. Fue así como llegó tarde, una vez más, a la disputa de un balón y su pierna acabó en la rodilla de Puyol. La acción fue sanciona con falta, pero no con tarjeta amarilla que hubiera sido lo justo.
El encuentro acabó con la misma tensión del inicio, pero los tres puntos se van para Madrid y así se logra acabar el año con siete puntos de diferencia sobre el segundo clasificado de la liga, el Barcelona. Para mí lo más importante de este partido es que se ha demostrado que podemos ser un verdadero EQUIPO. Si bien Baptista se convirtió el héroe del partido por haber conseguido el gol, no podemos destacarlo como claro jugador del encuentro ya que todos los madridistas, a excepción de Raúl (que no hizo nada de nada, si nos fijamos en sus tan valoradas estadísticas comprobamos que sólo "aportó" 3 faltas, 2 faltas recibidas y 10 balones perdidos. El resto de número se traducen en "ceros") realizaron un trabajo casi perfecto en todas las líneas de juego.
No podíamos tener mejor fin de año, esperemos que el parón navideño no cambie esta buena dinámica y comencemos el próximo año con buen pie.
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