El equipo local salió desde un principio con un objetivo claro: el empate. Tanto es así, que Iker Casillas apenas intervino en el partido, p...
El equipo local salió desde un principio con un objetivo claro: el empate. Tanto es así, que Iker Casillas apenas intervino en el partido, pero, las pocas veces que lo hizo, realizó, como siempre, excelentes paradas a pesar de caer en el riesgo de la desconcentración ante el casi inexistente bagaje ofensivo del equipo contrario.
Cabe destacar la buena actuación de Heinze como central, puesto donde, en mi opinión, el argentino se desenvuelve mucho mejor que en la banda izquierda, no sin olvidar el excelente trabajo realizado por Cannavaro, una referencia vital para toda la defensa.
En la portería contraria, el Real Madrid intentó marcar por todos los medios, pero la férrea defensa griega impidió la victoria blanca. En la primera parte dos balones acabaron en el palo de la portería defendida por el veterano Nikopolidis. Una vez tras un saque de esquina efectuado por Sneijder (titular ante la importante baja de Guti), con penalti a Diarra incluído (no pitado por el árbitro) y la otra tras un vaselina de Van Nistelrooy que puso a todo el estadio en vilo.
Tras el descanso el panorama seguía exactamente igual. Las jugadas de ataque no se lograban acabar, muchas de ellas se perdían por la inoperancia de un Raúl aún más fallón de lo normal que no acertaba a realizar un buen pase, ni tampoco un buen remate que acabara entre los tres palos. 
A pesar de ello, Schuster no realizó los cambios hasta el minuto 80 de partido cuando ya ni a Saviola (que entró por Robinho) ni Balboa (quien ocupó el puesto de Raúl) les daba tiempo para cambiar el sino del partido.
Aún así, la victoria de la Lazio de Roma ante el Werder Bremen hace que el Madrid continúe líder con tres puntos de ventaja sobre el Olimpiacos y la Lazio. Una ventaja que deberá aprovechar el Real Madrid en los dos últimos encuentros que queda de esta fase previa.
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