A pesar de las espectativas creadas por los medios de comunicación, el derbi español no resultó un camino de rosas para el Barcelona. Al con...
A pesar de las espectativas creadas por los medios de comunicación, el derbi español no resultó un camino de rosas para el Barcelona. Al contrario, ya que el Real Madrid salió con fuerzas, con ganas y con esa pizca de suerte que siempre le falta de cara al gol. Así, en el minuto cinco, Van Nistelrooy, tras un pase de Higuaín, marcaba el primer tanto del encuentro. Comenzaba así el frenético ritmo del partido, ya que, pasados cinco minutos Messi, completamente solo, logra el empate para el Barcelona. Pero, cuando aún no se había digerido el gol del argentino, Oleguer decide realizar un penalti tan claro como absurdo para un jugador de su experiencia, llevándose así su primera tarjeta amarilla. Van Nistelrooy no falla y vuelve a adelantar al equipo merengue en el minuto 13. A raíz del gol, el partido se volvió más loco aún, siendo un continuo ir y venir de los jugadores, creando múltiples ocasiones de gol. Así, en el minuto 28, Messi vuelve a marcar aprovechando un rechace de Iker Casillas y de nuevo empate en el marcador. El partido continuó al mismo ritmo hasta el final de la primera parte. Hay que resaltar la incomprensible actuación de Oleguer, que poco antes de la conclusión de los primeros cuarenta y cinco minutos, comete una durísima entrada sobre Gago y ve, con toda justicia, la segunda amarilla. Es increíble que un profesional del fútbol pierda los papeles de esta forma en un partido tan trascendental como éste, dejando así al Barcelona en inferioridad numérica y con toda la segunda mitad por jugar. Como era de esperar, el Barça acusó la expulsión del catalán y el Madrid fue claro dominador del partido, creando múltiples ocasiones de claro peligro que, bien por la gran actuación de Valdés, bien por la falta de puntería de los madridista y, todo hay que decirlo, por el cansancio acumulado de los delanteros blancos, el marcador no se movió en ninguna de estas claras oportunidades. Hubo que esperar hasta el minuto 72, cuando el defensa Sergio Ramos logra rematar de cabeza una falta magistralmente lanzada por Guti. La alegría de todos los jugadores madridistas era manifiesta y todos celebraron el gol como un piña, como un equipo. Quedaban veinte minutos para la hazaña, se podía conseguir a pesar de que nadie apostara por el Madrid antes del partido, a pesar de que la prensa española se pasara la semana resaltando las carencias del equipo merengue y elogiando las virtudes del eterno rival. Quizá por esa misma razón, por la falta de confianza en el equipo generada por todos los días anteriores, al Real Madrid le entró miedo. No podían creer que estaban ganando y, después del gol, se vio claramente cómo el equipo dejó de atacar y se dedicó únicamente a defender. Craso error, porque, cuando ya parecía el partido sentenciado, cuando ya los jugadores saboreaban la victoria, de nuevo Lionel Messi (soberbia actuación) consiguió el tanto del empate en el minuto 90 de partido. Con la gran internada del argentino, se esfumó la proeza blanca. Los culés pidieron penalti de Diarra a Ronaldinho antes del final, algo que me resulta difícil de ver, pero por pedir que no quede... El mejor jugador del equipo blanco fue, sin lugar a dudas, Guti, que dirigió perfectamente a su equipo participando en todas las jugadas de gol. Se volvió a ver al mejor Guti, con toda su calidad y con garra. Es una pena que este jugador no se haya centrado más en su carrera. Si hubiera logrado una mayor regularidad en su juego, hoy estaríamos hablando de uno de los mejores jugadores, no sólo de España, sino de toda Europa. Otro dato a destacar, es el cambio del capitán en el minuto 61 del partido. Por fin Capello se decide a prescindir de Raúl; es cierto que los capitanes tienen mucho peso en el equipo, pero, viendo la pésima actuación del siete blanco en estas últimas temporadas, es muy difícil llegar a creer que por llevar el brazalete de capitán en el brazo un jugador pueda ser imprescindible en un equipo. Esperemos que Fabio Capello siga en esta misma linea, ya que, actualmente, la titularidad de Raúl está perjudicando claramente al Madrid. Fue un excelente jugador hace años, nadie lo duda, pero, como él mismo dijo, las etapas de todo jugador se acaban, y sólo lo más grandes logran darse cuenta de ello a tiempo...
Podemos decir que de nuevo se perdió una clara oportunidad de recortar diferencias, es cierto. Pero tambien pudimos comprobar que algo ha cambiado en el equipo, algo que da lugar a la esperanza; con este partido los jugadores han ganado en confianza, han visto que son capaces de superar al actual campeón de Liga a pesar de tener múltiples factores en contra, y empiezan a creer un poco más en sí mismos. Hay un buen equipo, hay grandes jugadores, un excelente entrenador (aunque toda la prensa se dedique a criticarlo) y, con el tiempo, seguro que nos darán grandes alegrías a toda la afición madridista, ¡HALA MADRID!
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