Gran ambiente en el Bernabéu para ver a las leyendas del Real Madrid y del Inter de Milán además de para apoyar una causa solidaria a fa...
Gran ambiente en el Bernabéu para ver a las leyendas del Real Madrid y del Inter de Milán además de para apoyar una causa solidaria a favor de los niños más necesitados. Si bien este tipo de partidos suelen ser más bien una pachanga de amigos, ambos equipos saltaron al campo con un carácter competitivo que le acompañó durante hasta el descanso.
Pudimos rememorar los míticos cabezazos de Zamorano, que con la camiseta del Real Madrid (la de la próxima temporada, por cierto) se elevó como antaño para rematar, lástima que le saliera algo flojo y atrapara el meta. También pudimos ver a Santillana durante 16 minutos, que a sus 61 años no quiso perder la ocasión de volver a vestirse de blanco en el Bernabéu. Como no podía ser de otra forma, el público le despidió con una sonora ovación. En su lugar entró otro delantero muy querido por la afición blanca, Fernando Morientes.
El primer gol llegó con la magia, calidad y elegancia de Zidane. El astro francés aguanta a su defensor en el área para acabar sorprendiendo con un magnífico tiro al primera palo. Por este hombre no pasan los años... El Inter tardó seis minutos en dar la réplica con otro golazo, esta vez de Zanetti que la engancha perfectamente para soltar un fuerte disparo, imparable para Buyo.
Hablando de Buyo, el meta gallego tuvo grandes intervenciones, incluso en una de ellas se hizo daño. El impulso que tuvo que dar para su estirada hizo que se le subiera el gemelo, pero como buen madridista en su ADN no existe la palabra rendición, y siguió luchando hasta el descanso.
Zidane dejó más muestras de calidad hasta el descanso, destacando un jugadón espectacular que acaba repeliendo el palo. Tras el descanso tanto Figo como Zamorano cambiaron su camiseta por la de la Inter, dando entrada a Solari, Iván Pérez y Velasco. En el minuto 61 Fernando Hierro deja su puesto, con el brazalete de capitán incluido, a Emilio Butragueño. Precisamente el Buitre comenzaría la jugada del segundo gol, abre a la banda donde recibe Velasco, éste avanza y centra al área donde Iván Pérez está esperando para rematar de cabeza.
Las fuerzas iban decayendo y los cambios eran los que cobraban más protagonismo en ambos equipos. En el 72 Karembeu dejaba su puesto a Emilio Amavisca, en el 76 Iván Pérez hacía lo propio con Esnáider, en el 81 Guti se iba al banquillo y en su lugar entraba al campo Salguero; en el 84 le tocó el turno a Míchel Salgado, Sabido disfrutaría de poco más de cinco minutos.
Por último, en el 88 Zidane se iba del campo con la mayor ovación de la tarde, el francés quiso revivir las sensaciones únicas que sólo puede ofrecer el Bernabéu hasta el último instante, precisamente en esta segunda parte volvió a mostrarnos detalles de su indudable calidad, probando lanzamiento lejanos, controles tan sutiles como elegantes... En fin, uno de los mejores jugadores de nuestro club y de los más queridos.
Por último, en el 88 Zidane se iba del campo con la mayor ovación de la tarde, el francés quiso revivir las sensaciones únicas que sólo puede ofrecer el Bernabéu hasta el último instante, precisamente en esta segunda parte volvió a mostrarnos detalles de su indudable calidad, probando lanzamiento lejanos, controles tan sutiles como elegantes... En fin, uno de los mejores jugadores de nuestro club y de los más queridos.
Por cierto, entre la espiral de sustituciones, un recién salido Choutos empató el encuentro con un gran cabezazo tras un preciso pase de Zanetti. Y, lo más importante, casi 60.000 personas acudieron a esta cita y gracias a ellas miles de niños de nuestro país que están en centros de acogida se beneficiarán de su solidaridad.
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