A pesar de las múltiples bajas y del esfuerzo realizado en la Liga de Campeones, el Real Madrid consiguió sacar un punto de un campo tan di...
A pesar de las múltiples bajas y del esfuerzo realizado en la Liga de Campeones, el Real Madrid consiguió sacar un punto de un campo tan difícil como el Calderón. El Atlético salió muy fuerte y, tras varias jugadas ofensivas, consiguió marcar por medio de Fernando Torres. El Madrid no supo, o no pudo, reaccionar y se vio desbordado por los locales durante gran parte del partido, algo que el equipo merengue sólo pudo contrarestar con un par de ocasiones claras de gol. La segunda parte comenzó de forma parecida e Iker Casillas volvió a ser determinante realizando unas paradas espectaculares. Reyes dejó su puesto a Cassano tras una primera parte en la que pasó más que desapercibido a pesar de jugar en su posición... El italiano volvió así a pisar el césped de un terreno de juego tras su castigo por indisciplina. La decisión fue acertada, ya que en el minuto 62 realizó un magnífico pase al hueco que Higuaín supo aprovechar con maestría para lograr el empate en el marcador. A raíz del gol, parecía que el Madrid podía remontar creando varias jugadas ofensivas de peligro, al final, todo se quedó en un espejismo, y, más aún, tras la expulsión de Fabio Cannavaro, que dejó a un Real Madrid resignado al empate y sólo con posibilidad de mantener el resultado como fuera. El equipo blanco logró sacar un punto de un partido que se veía perdido y todo ello gracias a la soberbia actuación de Iker Casillas, que está a punto de convertirse (si no lo es ya) en el jugador más determinante del Real Madrid, cuajando siempre grandes actuaciones. Es un seguro de vida en la portería blanca, y es que este año está siendo especialmente regular, cometiendo poquísimos errores. Todo apunta a que en unos años será un verdadero líder en el Madrid. La nota más negativa del partido la ofreció de nuevo Raúl González, parece que ya sólo le motiva la Liga de Campeones (recordemos que tiene que mantener su récord de máximo goleador de esta competición) y en los partidos de Liga su actuación se vuelve especialmente penosa. Y es que hoy, no sólo nos brindó con su ya habitual forma de trotar por todo el campo, sin sentido, sin ganas... Hoy, contra el Atlético, llegó más lejos aún y nos mostró cómo se puede ser capitán y no ejercer como tal. Tras una falta pitada a Diarra, el jugador marfileño protesta al árbitro de forma airada jugándose así la expulsión, varios compañeros, como es lógico, lo respaldan. Lo más sorprendente de todo, es que el capitán, Raúl, siendo el jugador del campo con más poder para realizar una protesta, el que, en teoría, tenía que presentarse de inmediato para aparciguar los ánimos, escurrió el bulto y decidió que el resto de sus compañeros solucionaran solitos el problema, dejando así de realizar una de las labores más importantes de todo capitán. Quizá a Raúl le falló el subconsciente ya que su infancia y gran parte de su adolescencia fue colchonera, esa gran pasión que compartía con toda su familia. Quién sabe, el cerebro es muy complicado y a veces traiciona a uno...
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