El Santiago Bernabéu vivió una noche mágica con un partido vibrante, emocionante y espectacular de principio a fin. Continuas idas y venidas...
El Santiago Bernabéu vivió una noche mágica con un partido vibrante, emocionante y espectacular de principio a fin. Continuas idas y venidas, con múltiples ocasiones de gol (19 remates del Madrid, 16 del Villarreal) hicieron que el marcador se moviera hasta en cinco ocasiones. La primera de ellas llegaba pronto, en el minuto 8, tras otra genialidad de Guti, quien se inventa un pase hacia Robinho que define perfectamente y adelanta a los locales. El brasileño dedica el gol, como viene siendo habitual, a su hijo recién nacido, y, posteriormente, le “limpia” la bota a Guti para así destacar el gran pase que le dio el madrileño.
El Villarreal, a pesar de verse asediado por el Madrid, no bajó en ningún momento los brazos y la gran calidad que atesora su delantera pronto dio sus frutos en la primera ocasión de gol que crearon. En el minuto, Rossi recibe un balón de Cani, y rompe la imbatibilidadde Iker Casillas con un precioso tanto. Fueron 574 minutos sin recibir un gol, un récord que, seguramente, el portero madridista volverá a batir. A pesar de los intentos de ambos equipos, se llegó al descanso con el empate a uno. Míchel Salgado dispuso de una clarísima ocasión que Diego López (otro gran portero) desbarató con una mágica mano. En el minuto 35 se pidió penalti sobre Van Nistelrooy, pero el árbitro no lo vio así.
La segunda mitad dio paso a otro gol en el minuto 8 de partido, aprovechando un contragolpe. Guti ve cómo Sergio Ramos corre hacia la portería rival. El sevillano decide apoyarse en Raúl para realizar un pared, pero el capitán decide tirar directamente a puerta, pero Diego López lee perfectamente las intenciones del madridista y despeja el balón. El rechace cae de nuevo en la siete blanco y, esta vez sí, centra hacia Ramos, quien no logra rematar. El esférico llega a Guti quien lo intenta de nuevo; Diego López vuelve a intervenir y, por fin, Robinho se hace el balón y lo ajusta al palo para que el portero rival no fuera capaz de cortar la jugada. Gran noche del brasileño, quien va creciendo como jugador a pasos agigantados.
A pesar del domino local, el Villarreal no perdía la fe ni la concentración, y así, en el minuto 75. Tras un saque de esquina, el balón le llega a Capdevila, que remata a puerta a placer, ya que ningún defensa le estaba cubriendo en ese momento. Un duro mazazo para jugadores y afición, ya que, ante el juego desplegado por su equipo, ya casi celebraban la victoria blanca.
Afortunadamente, el equipo merengue no bajó los brazos y reaccionó de inmediato, tan sólo minuto después del empate. Robinho recoge el balón tras un fuera de banda y sorprende a la defensa visitante (que esperaba que Torres, el habitual, realizara el saque) con un gran pase a Gago, quien asiste con la misma celeridad a un Sneijder recién salido al campo (sustituyendo a Baptista). El holandés no desaprovecha la oportunidad y, en su primer contacto con el balón, bate a Diego López y desata la euforia en todo el estadio.
El Villarreal, aunque lo siguió intentando, no fue capaz de volver a batir a Iker Casillas y los tres puntos se quedaron en el Bernabéu, logrando así que la diferencia con el segundo clasificado aumente hasta nueve puntos tras el pinchazo del Barcelona en San Mamés. Un partido con dos equipos que demostraron en todo momentos su gran estado de forma, jugando y dejando jugar, sin tener que recurrir al juego duro para detener al contrario, algo que todos los aficionados al buen fútbol les agradeceremos por mucho tiempo.
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