El centrocampista David Beckham ha recibido este domingo su tercera tarjeta amarilla inexplicable y con ella ya son tres consecutivas. No sa...
El centrocampista David Beckham ha recibido este domingo su tercera tarjeta amarilla inexplicable y con ella ya son tres consecutivas. No sabemos qué les pasa a los árbitros con el jugadores inglés, pero la situación ya está resultando un tanto preocupante, ¿será manía persecutoria?. La primera de estas tarjetas fue "adjudicada" a Beckham por, supuestamente, pérdida de tiempo en la jornada 32, contra el Athletic de Bilbao en San Mamés. El inglés simplemente se limitó a pedir la distancia de la barrera para lanzar una falta, pero parece que al árbitro le molestó tal "atrevimiento" y, como interpretó que necesitaban perder tiempo ganando 3-0 y al inglés sólo le quedaba una para cumplir sanción por acumulación de cinco tarjetas amarillas, pues decidió sacársela y así irse más contento a su casa. El Real Madrid recurrió dicha tarjeta, la Federación se la retiró (la situación era clara...) Y pudo jugar el siguiente partido de Liga. La segunda amarilla fue "adjudicada", una semana después de la primera, en el Santiago Bernabéu, contra el Sevilla, cuando Beckham era tirado al suelo en pleno área. El árbitro, ni corto ni perezoso, no sólo no ve el claro penalti, si no que lleva su mano al bolsillo y le saca al inglés la tarjeta por... ¿haber recibido un penalti...? Bien es cierto, que, para disimular, sacó también tarjeta al contrario, qué detalle... En esta ocasión, el club decidió no recurrir ya que, vista la obsesión de los árbitros con David, la próxima semana pasaría lo mismo y no es cuestión de estar recurriendo todas las jornadas. Así Beckham pasó una jornada sin jugar y quizá así los árbitros no la tomaran con él, parecía una buena solución visto lo visto. Aunque quizás fuera más recomendable llevar a los árbitros a una terapia conjunta para analizar esta obcecación que tienen con el inglés... Y la última, y no menos asombrosa, fue "adjudicada" este fin de semana, jugando en el Nuevo Colombino contra el Recreativo. El inglés recibía una patada en sus partes nobles (una agresión en toda regla) . Lógicamente, David protestó airadamente tal "gesto" de su contrario, a lo que Mejuto González respondió con la ya tradicional tarjeta. Con Beckham ya no se castiga a los agresores, es el agredido el que recibe siempre la tarjeta. Ahora ya estamos impacientes por saber qué se les ocurrirá a los colegios este próximo fin de semana para que el inglés salga del campo con otra tarjeta para su colección. Quizá sea por rascarse la nariz, o por dar un salto, o por sonreír, o... Quién sabe por qué...
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