El Santiago Bernabéu presenció de nuevo un partido muy emocionante en el que ambos equipos se jugaban mucho: el Real Madrid la liga, y el D...
El Santiago Bernabéu presenció de nuevo un partido muy emocionante en el que ambos equipos se jugaban mucho: el Real Madrid la liga, y el Deportivo unas buenas vacaciones... En los primeros momentos del partido ya se palpaba la tensión y ambos equipos tuvieron claras oportunidades de gol. Según pasaban los minutos el equipo local se iba adueñando poco a poco del control del partido y así, en el minuto 29 Sergio Ramos adelanta a su equipo. Una vez más, David Beckham inicia la jugada con un magnífico centro al área hacia Van Nistelrooy. El holandés no logra alcanzar el esférico y, en un acto reflejo, toca el balón con la mano que va a caer al centro del área donde lo controla Sergio Ramos que remata a placer y consigue el primer tanto local que, todo hay que decirlo, no debería haber subido al marcador. Ramos celebra el gol con una espectacular voltereta.
Tras este gol, lo jugadores del equipo gallego empiezan a mostrar una dureza inusual en su juego, muy impropia de un club que ya no se juega nada en la clasificación liguera. Tras el descanso, los visitantes salen decididos a empatar el partido y se vuelcan en la portería merengue. Iker Casillas, como siempre, salva claras ocasiones de gol y consigue manterner el marcador a cero hasta el minuto 55 de partido, poco después de que Beckham estrellara el balón en el palo tras ejecutar otro de sus sensacionales lanzamientos de falta. De Guzmán centra desde la izquierda y Capdevilla remata nada más recibir llevando el balón al fondo de la portería sin que Casillas pudiera hacer nada. 
Pero la reacción madridista no tarda en llegar, y tan sólo dos minutos después Beckham vuelve a tirar del carro y manda un más que preciso centro al área dando medio gol a Raúl que cabecea el esférico para adelantar de nuevo a los locales. Todo se ponía a favor para seguir líderes de la Liga.
El Deportivo se veía impotente ante la superioridad blanca y sólo supo contrarrestar empleando más dureza en el juego. Pero el Madrid aún no lo había dicho todo y en el minuto 75 sentencia el partido. Robinho se inventa un extraordinario pase al área, donde debería recibir Raúl. El capitán no logra hacerse con el esférico a pesar de su pelea con Coloccini. El argentino despeja mal el balón, dejando en el esférico a pocos metros de la jugada. Allí, como buen depredador del área, Van Nistelrooy con un sútil toque controla la pelota y chuta con fuerza para lograr su gol número 23 y afianzando su candidatura a pichichi.
El Deportivo vuelve a reaccionar de la misma forma tras el gol y aún se empleó con más dureza mereciendo que más de un jugador del equipo gallego se fuera a la calle por tarjeta roja. Roberto Carlos fue una de las víctimas de tal agresividad y tuvo que abandonar el partido tras una durísima entrada de Coloccini que incluso deja una de las medias del brasileño manchada de sangre. A pesar de tan brutal acción, el defensa blanco intenta de volver al campo, pero, tras recibir un plantillazo, Capello se ve obligado a cambiar al jugador. Torres ocupará su lugar y entra Cicinho para ocupar la banda derecha. Tras cuatro minutos de prolongación, el árbitro pita el final del encuentro, algo que estaba deseando pues el Madrid corría el riesgo de acabar con más jugadores lesionados.
Tras el partido, los médicos del Madrid confirmaron las sospechas: Roberto Carlos sufre una herida inciso contusa en la tibia de su pierna izquierda y a la que le han tenido que dar nada más y nada menos que cinco puntos de sutura. Coloccini puede estar "orgulloso" de su "hazaña"...
Por cierto, hace unos días comentaba la singular situación que está pasando Beckham con los árbitros españoles y las tarjetas inexplicables que éstos le "regalan" en cada partido. Entonces me preguntaba qué sería lo próximo que se les ocurriría sancionar a los colegiados, si una sonrisa sería la causante, o un picor de nariz... Pero la realidad ha resultado más sorprendente y hoy han sancionado al inglés por... NADA. Así como lo leen. Los hechos ocurrieron de la siguiente forma. Capdevilla se dispone a lanzar un saque de banda. Para impulsarse retrasa su posición un par de metros detrás de la línea de fuera. Beckham se coloca al lado de dicha linea, sin moverse y con las manos en la espalda, y el árbitro, ni corto ni perezoso, le saca la amarilla por no hace NADA. El inglés no da crédito a lo que ve y prefiere alejarse del colegio por si le "regalan" otras tarjeta más. No sé lo que les pasa a los árbitros este año, pero, desde luego, sería un caso a estudiar que apasionaría a más de un psicólogo...
Al final del partido, como es habitual en el inglés (gane o pierda) se acercó a las gradas para agradecer a la afición su apoyo, lanzando su camiseta al público. Este gesto y su gran partido hizo que la grada se uniera en un solo grito: ¡Beckham! Un más que merecido premio para este gran profesional y jugador.
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