El partido de hoy no se presentaba nada fácil tras la presión que el Sevilla nos había impuesto al ganar en Riazor contra el Deportivo de...
El partido de hoy no se presentaba nada fácil tras la presión que el Sevilla nos había impuesto al ganar en Riazor contra el Deportivo de La Coruña. La reacción del Madrid se antojaba incierta ya que, hasta esta jornada, no había jugado nunca con la carga añadida que supone ser líder. Todas esas dudas se disiparon cuando, en el minuto 8 de partido, Robinho remata de cabeza un preciso centro de David Beckham, que, como siempre, es decisivo para el equipo y hace que, una vez más, nos lamentemos de su marcha a final de temporada.
El Recreativo salió con fuerza en la segunda mitad, pero sin ver materializado su esfuerzo en forma de gol. El Madrid intentó no contrarrestrar y casi lo consigue por medio de Ramos que se queda solo delante del portero y ve con rabia cómo con su tiro es despejado por el guardameta onubense. El lamento del sevillano se vería aliviado tres minutos después cuando Van Nistelrooy transforma con seguridad un claro penalti cometido a Robinho en plena carrera hacia el esférico. Laquait derriba al brasileño y ve por ello la cartulina amarilla.
Todo se ponía de cara para el Real Madrid y todo apuntaba a que podríamos seguir otra semana más como líderes. Pero no el equipo Decano del fútbol español no estaba dispuesto a ponerlo tan fácil y, como ya nos tiene acostumbrados durante esta temporada, no dio el partido por perdido. Sobre todo después del primer gol local en el minuto 73. Jesús Vázquez transformaba un penalti provocado por el delantero Uche. El argentino Gago aún debe estar preguntándose cómo pudo cometer un error tan infantil al dar al nigeriano una patada sin sentido dentro del área. A partir del empate el Recreativo se volcó sobre la portería de Iker Casillas empujado en todo momento por el público onubense. Así, en el minuto 86 se conseguía el empate tras un saque de esquina ejecutado por Aítor y rematado por el delantero Uche que de nuevo se convertía en el protagonista de su equipo. Quedaban cuatro minutos y todo parecía perdido. Más aún viendo cómo el equipo local se crecía aún más y no cesaba su empeño de cara al gol. Fue entonces cuando Capello decide dar entrada a Higuaín y sacar a Raúl del campo (si normalmente el capitán está mal, hoy batió su récord de imprecisiones...). Aunque en los primeros momentos parecía que su presencia no iba a dar resultados, pero el argentino sorprendió a todos cogiendo el balón antes del centro del campo y con una rapidez y una fuerza asombrosa llevó el balón al borde del área donde Aítor logra meter la pierna y hacer que la trayectoría de la pelota se desvíe, cayendo a los pies de Beckham que, no se sabe cómo, logró que Gago se hiciera con el esférico y que, en décimas de segundo, fuera capaz de ver cómo Roberto Carlos llegaba como una bala por su banda izquierda, controlara el pase enviado por el argentino y rematara con suma elegancia logrando así el gol de la victoria y que a todos sus compañeros les invadiera la euforia propia de verse, una jornada más, líderes de la Liga española.
Otro partido épico que hace vibran a la afición blanca. No sabemos si la Liga se conseguirá, pero, desde luego, ahora sí que los jugadores lo están dando todo en el campo. ¡Hala Madrid!
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